sábado, 22 de junio de 2013

EL ESCULTISMO, ¿TRADICIONAL?





Sin darnos cuenta empleamos expresiones que tienen más alcance del que voluntariamente quisiéramos dar. Es por simplificar, desde luego, pero muestran, en el fondo, el lugar donde nos podemos encontrar.

Se le da en llamar “tradicional” a algo que, en realidad, consideramos ANACRÓNICO. No son pocos quienes defienden la modernidad o la modernización del Escultismo, defienden que la Sociedad ha evolucionado y el Escultismo de otras épocas no puede estar vigente hoy. A esos planteamientos acompañan el aborrecimiento de uniformes o, al menos, uniformes que no evoquen a algunos tendencias militaristas o de otras épocas políticas.
 
Y en esa “carrera” en la adaptación del Escultismo a los siempre tiempos actuales, nos podemos ir quedando sin Escultismo. Podremos virar los grupos scouts, o los scouts, hacia actividades exclusivamente de salón y/o actividades netamente urbanas, constituyendo dichos grupos en burbujas que se excluyen de la Sociedad y de la realidad social. Y perdemos ése escenario de Naturaleza que tanto ha distinguido al Escultismo. Incluso abandonamos el núcleo del Escultismo: el Sistema de Patrullas.

El término “Tradicional” se emplea en rechazo al Escultismo de siempre que, muchos de quienes lo dicen, ni siquiera han vivido. No lo han conocido. Unos porque se incorporan mayorcitos al Movimiento Scout, otros porque han llegado al Escultismo en esta fiebre de modernidad. Una fiebre de modernidad que está desdibujando el Escultismo y el Método Scout.

Los scouts más veteranos, muchos ya no están dentro de los grupos scouts, pero siguen ahí, recuerdan con añoranza sus vivencias cuando muchachas o muchachos, allá por los años 60, 70 y 80 en España, años en los que ya se distanciaban la fundación del Movimiento Scout más de 50 años. Sin embargo, con la diferencia de la Sociedad de primeros del Siglo XX a más allá de mediados del mismo, fue radical, fue apasionante. El Movimiento Scout seguía siendo tan válido como lo fuera en los primeros años del Siglo XX.

Desde hace ya bastantes años, en España, se está viviendo una transformación del Escultismo que llega prácticamente a no parecerse a lo que fuera. Nuevas ideas, de nuevas personas, están inventando otro movimiento, que partió del Escultismo, pero que va perdiendo el contacto con él. Sólo van quedando algunos símbolos, aunque pocos. Excepto la pañoleta se ha perdido prácticamente todo lo demás y, en algunos casos, hasta la pañoleta. Y ese otro movimiento al que están derivando algunos el Escultismo en España es perfectamente válido, pero no es Escultismo.
 
Me atrevo a decir que prácticamente todas y todos los scouts veteranos o adultos somos capaces de percibir esta evolución como una involución; pero alejados de los grupos, sin ser escuchados en muchos casos por los cuadros de las asociaciones, desistimos de intentar una recuperación de ese Escultismo, no “tradicional” o arcaico, sino Escultismo.

Hay una cierta decadencia en las asociaciones y grupos scouts, salvando honrosas excepciones. Hay recelo hacia quienes reclaman el Escultismo, con sus formas, su método, su sistema de patrullas, su base en la Naturaleza, la ayuda al prójimo, la hermandad, la aventura. No se entiende que quienes queremos influir en la recuperación del Escultismo en España no pretendemos más que eso, de forma idealista y altruista, sin empeño en ocupar cargos ni dirigir a dirigentes.


Y esto es recuperable. El Escultismo es recuperable, al menos mientras se mantengan aquellas muchachas y muchachos que vivieron esa aventura y esa ilusión, que la recuerdan con alegría, que son conscientes del efecto que haber sido scouts ha causado en sus vidas. Muchos scouts adultos y veteranos mantienen vivos –entre ellos- este debate que, gracias a las redes sociales, se sostiene, se enriquece y se incrementa. Y se mantiene la ilusión de que todos y todas los scouts, los más mayores y los menos mayores volvamos a entendernos en el Escultismo, entendiendo por Escultismo lo mismo de siempre, con aprovechamiento de los avances de hoy, pero sin transformar al Escultismo en algo que puede ser otra cosa.

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